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Especial 20 años de la catástrofe nuclear de Chernobil

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Energía nuclear y el recuerdo del accidente de Chernobil

El accidente nuclear de Chernobil ha sido el más grave; pero no el único. Hoy en día estamos en pleno debate sobre el uso de la energía nuclear para fines civiles y la fabricación de armas.

(26 Abril 2006) Nota de prensa de la Coordinadora Ecologista de Asturias


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Hace ya 20 años que desde el movimiento ecologista mundial se recuerda el peligro del uso civil de la energía nuclear que dejó su peor señal en el accidente de la Central de Chernobil, en Ucrania, el 26 de Abril de 1986.

Este año, más que nunca, coinciden los dos debates, el de quienes nos oponemos de forma radical a retirada de la moratoria sobre la construcción de nuevas centrales nucleares, y abogamos por la parada y posterior desmantelamiento inmediato de las existentes en el Estado Español, con quienes ven en la energía nuclear un mal menor o la solución, incluso, a la crisis energética que vivimos hoy en día: consumos de energía desorbitados que nunca antes se habían afrontado e imaginado; altísimos precios del petróleo, fuertemente condicionado por la coyuntura política mundial (cambios de gobierno en América Latina, África Occidental y Oriente Medio); el crecimiento económico chino y, cada vez más importante y público, la cercanía de la fecha en que el petróleo comience a escasear por el agotamiento de la reservas.

Sería importante aprovechar esta fecha no para hablar exclusivamente de la energía nuclear, sino construir una crítica al modelo energético actual (español y occidental) que desemboque en un nuevo planteamiento en cuanto a la producción y consumo, radicalmente opuesto al actual, que penalice los sistemas y fuentes energéticas con más riesgos (no renovabilidad, fuerte dependencia de un solo productor, rápidas e incontroladas oscilaciones de los precios en el mercado, posibilidades de especulación, contaminación, cataclismos, efectos letales en el entorno y las generaciones venideras …).

Quienes defienden la opción atómica como fuente limpia se olvidan de que la crisis no solo viene determinada por las emisiones de CO2, proveniente de combustibles fósiles, sino que también está fuertemente condicionada por la bajada en los niveles de suministro de petróleo.

¿Cuánta es la duración estimada de las existencias mundiales de petróleo? ¿50 años reduciendo el consumo? Con los niveles actuales de consumo del mineral de uranio disponible, se estima que las reservas durarían en torno a 50 años: 2050 en ambos casos, hidrocarburos y átomos. Si el precio del barril del petróleo sube de los 100 dólares, como es bastante probable que suceda, no podemos ya seguir manteniendo el discurso de la energía barata.

No existe fuente de energía alguna que pueda igualar el modelo actual de producción y consumo. Es cierto que las energías renovables pueden llegar a cubrir (hasta 38 veces según el informe "Renovables 2050" publicado por Greenpeace y la Universidad Pontificia de Comillas) la demanda energética actual, pero el cambio de paradigma debe extenderse no solo a las formas de obtención sino al consumo en sí.

Es necesario reducir el consumo de forma radical, tanto en los usos industriales como civiles, es posible aplicar fórmulas de optimización y mejora del consumo. Desde el aprovechamiento del calor en procesos industriales hasta la edificación inteligente (nada novedoso si tenemos en cuenta que lleva haciéndose cientos de años, basta con no poner una cristalera en un balcón del cantábrico orientado al norte por donde se perdería el 75% del calor generado).

Se debería repercutir en la factura energética todo el coste que esta representa: impactos en las zonas de extracción, contaminación en el transporte, tratamiento a largo plazo de los residuos generados, impactos en las redes de transporte al usuario final, efectos en la salud de quienes padecen la cercanía a estas industrias. Si se hiciera esto la energía ya no saldría tan barata, pero ni la nuclear, ni la de origen fósil.

La opción ahora debe pasar por un cambio en el paradigma de consumo, de utilización y, al mismo tiempo, en la producción. Existen los mecanismos adecuados que aseguren niveles de eficiencia en el consumo suficientes, así como la certeza de que sin una implicación fuerte en energías renovables no hay futuro energético posible. Todas y cada una de las fuentes que estamos usando se van a agotar, petróleo, gas, carbón, uranio, y además están sometidas a los vaivenes especulativos del mercado internacional: escenario político y económico, mercados de futuro, juegos diplomáticos.

De algo tan básico, como sociedad civil, deberíamos exigir una planificación consciente, responsable y coherente con nuestra experiencia e información acerca de los efectos de los medios de producción actuales. Deberíamos exigir un mayor apoyo a las fuentes renovables, una penalización de las fuentes más contaminantes y peligrosas, una autosuficiencia como estado, no dependiendo en un 85% de aportaciones de otros países. ¿Dónde se iría nuestra balanza de pagos con un precio del barril en 150 dólares?

Chernobil es sólo un ejemplo del accidente que puede ocurrir en cualquier de los más de 400 reactores nucleares que hay en el mundo. Es cierto que la probabilidad puede ser más alta en unos reactores que en otros, pero nunca será cero. El resto de fuentes no renovables también traen problemas (las térmica asturianas, por sus emisiones contaminantes, se la acusa de ser responsable directa de la muerte de cientos de personas en su entorno). ¿Realmente no somos capaces de poder disponer de energía limpia? Lo somos, mucho y, además, menos caro de lo que se supone. Es algo factible y como sociedad civil deberíamos demandarlo cada 26 de Abril, primero, pero los 364 días del año también.

Asturias precisa un debate real sobre su futuro energético, hasta ahora condicionado al carbón de importación en un 70% y que ahora pretenden con 14 grupos térmicos atarnos al gas de importación al 100%, no podemos seguir exportando energía a cuenta de quedarnos solo con los impactos ambientales de la producción y del transporte de la energía eléctrica.

logocea.gif (1280 bytes)Coordinadora Ecoloxista d'Asturies

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