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Los datos sobre contaminación atmosférica siguen un mecanismo muy simple. Primero, el Principado de Asturias recopila en sus estaciones de medición los datos sobre la contaminación. Segundo los grupos ecologistas solicitamos los resultados que nos llegan, a veces después de mucho insistir. Tercero publicamos los resultados. Y por último exigimos soluciones para que se mejore la calidad del aire. Este año Gijón ha tenido muy malos aires. Casi tan malos como la respuesta de la concejala de medio ambiente, la Sra. Dulce Gallego exizquierda unidista, exnueva izquierdista y ahora en las filas del PSOE. La concejala de Medio Ambiente de Gijón, en lugar de dar soluciones u ofrecer otros datos, suelta la idea de que lo que digan los ecologistas es torticero y falso. Lo suyo es la verdad verdadera y su verdad es que el aire en Gijón esta muy guay, lo de la contaminación es cosa de otras ciudades como la pérfida Oviedo. En Gijón el aire está lleno de pajaritos, estorninos, gaviotas, palomitas. Y claro eso de “situar las estaciones de medición en los focos de más contaminación”, es lo que tiene; seguro que si estuvieran situadas en los sitios donde no hay contaminación se solucionaría el problema de los datos. Aunque el de los pulmones sería más difícil de solucionar.
Tal vez sea un defecto que tenemos los ecologistas, que andamos soltando los datos sin mirar el partido que gobierna. Nosotros ni tenemos estaciones de medición, ni decimos donde deben colocarlas, ni contratamos los costosos equipos técnicos necesarios para recopilar e interpretar los datos. Eso ya lo hace la administración. Lo que hacemos es transmitir a la opinión pública lo que hay y pedir soluciones. Si la concejala considera que existe una interpretación errónea, que exponga los motivos y a continuación sus planes, si es que los tiene, para mejorar el aire en la ciudad. Pero estas respuestas de la concejala ni son modos ni formas. Mi experiencia me dice que cualquiera puede llegar a ser concejal de medio ambiente. No hace falta ni tener estudios, ni haber militado activamente en organizaciones ecologistas, basta estar debajo del dedo todo poderoso del dirigente del partido, o simplemente estar en el momento oportuno del cocimiento político electoral. Pero, Dulce Gallego, después de todos estos años como concejala y después de haberle pagado con dinero público la asistencia a charlas, congresos, jornadas, seminarios, inauguraciones y viajes varios, se supone que ya se le debería haber pegado algo de conocimiento ambiental. Al menos pido lo justo, como para que no de contestaciones más propias de un concursante de Gran Hermano, ni suelte simplezas como que los ecologistas pretendemos cerrar las industrias. Nosotros no pedimos el cierre de las industrias que tenemos, sino que abogamos por su modernización y demandamos que cumplan con los compromisos acordados de mejora ambiental. Los que cierran las industrias para recalificar su terreno y construir pisos son otros.
Los aires en Gijón están mal, no se dan soluciones y la situación podría empeorar; porque a falta de soluciones racionales vemos que lo que propone el gobierno es instalar al lado de Gijón una regasificadora, más grupos térmicos y una mega-incineradora. Si estos son los planes de Dulce Gallego para mejorar los aires de la ciudad mal andamos.
Atentamente:
Antonio Rodríguez Dosantos
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