OPINIÓN:

Gracias a Tomás Delgado podemos enriquecer nuestro vocabulario

Utilizar la bicicleta como medio de transporte, incluso en verano, sigue siendo un riesgo mortal en nuestro país. Desde las organizaciones ambientalistas siempre se ha pedido una pacificación del tráfico y un entendimiento entre conductores y ciclistas; sin embargo actitudes como la del Sr. Tomás Delgado Bartolomé son un ataque directo a cualquier intento de sana política de educación vial

28-Enero-2008 Artículo de A.R.Dosantos, Antonio Rodríguez Dosantos
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Por situarnos, si todavía no conocen la noticia hablamos del Sr. Tomás Delgado Bartolomé, de 43 años y vecino de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja, (que conste que todos estos datos no vienen de googlear sino de la nota de prensa). Pues bien, este cuarentón al volante de su Audi A-8 atropelló en agosto del 2004 a un chaval de 17 años llamado Enaitz Iriondo Trinidad, que volvía en bicicleta, después de pasar la tarde con sus amigos, al camping de Castañares donde estaban sus padres.

El chaval murió en el accidente. El conductor, según los informes periciales, circulaba a 173,90 kilómetros por hora en una carretera donde la velocidad máxima permitida es de 90 kilómetros por hora, es decir casi el doble, y hubiera dado una tasa de alcohol superior a la establecida, con las normas actuales según la organización Stop Accidentes. Sin embargo el conductor no sólo salió impune; sino que ahora reclama a los padres del chaval que mató, unos 20.000 euros en concepto de los daños que sufrió su Audi A-8 y por los gastos de alquiler de otro vehículo para ir a su trabajo.

Esa es la historia y con todo debemos agradecer al Sr. Tomás Delgado que podamos enriquecer nuestro rico lenguaje sin tener que acordarnos malamente de las pobres madres.

Por ejemplo. Si un empresario se ahorra el gasto en seguridad para comprarse un coche de lujo y por ello se matan varios obreros, ahora podemos decir que el empresario ha sido un auténtico “Tomás Delgado”. Que nos encontramos con un político que no le preocupa la salud ambiental de sus votantes, porque a fin de cuentas el vive en una urbanización en las afueras y se pasa más tiempo de cenas con los industriales que con los ciudadanos, pues ahora podemos decir que ese político es un “Tomás Delgado en toda regla”. Que el árbitro pita una falta injusta a nuestro equipo pues: menuda “Tomás Delgadada” que nos ha montado este arbitro “Tomás Delgado” de las narices. Que en la factura de teléfono se equivocan y nos cobran una conferencia telefónica de mayor duración que un discurso de Fidel Castro, pues ahora podemos decir que nos han hecho una “Tomás Delgadada”.

Pero también podemos utilizar el nuevo término para saludar, por ejemplo a esos amiguetes pillastres que tenemos y soltarles un qué tal "Tomás Delgadocete”.

Sólo hay que imaginar que con este nuevo término se consigue que millones de madres puedan descansar sin tener la angustia de ser mentadas tan a menudo. Por no hablar de que conseguimos una equidad de sexos en la utilización del lenguaje, ya que siempre nos acordamos de la madre; pero pocas veces del padre o de un pariente varón.

Sin embargo dudo mucho que nadie llegue nunca al nivel de “Tomás Delgadez”, a la tan maquiavélica acción de “Tomás Delgadonismo” a la que ha llegado el propio y auténtico Sr. Tomás Delgado, insuperable. Cualquier día aparecerá en la Wikipedia y con todos los honores.

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